Soy una mujer que ha venido caminando en esta existencia por diferentes miradas místicas y religiosas. Desde niña me encantaron los rituales, la conexión con la tierra y la energía de la luna. Siempre me gustaron los retiros espirituales, la vida mística que evoca la santidad y la simbología sagrada. Las “abuelitas”, las hierbas sagradas de la casa fueron mis aliadas para aliviar todo tipo de males, desde físicos hasta del corazón. Las limpias energéticas han acompañado mi vida y me han llevado a una conexión profunda con sus elementales. Hoy las cultivo y cuido de manera agroecológica en una tierra que ha sido bendecida para esta función.

Descubrí la danza ritual, los paces mágicos de la Tensegridad, las tomas de plantas de poder, las búsquedas de visión, las vigilias, los temazcales, los pagamentos a las lagunas sagradas de los Andes y con ellos el contacto con grandes y poderos abuelos y abuelas de medicina con quienes he podido ver la magia de lo sagrado y el misterio que invade mi ser. Se me ha dado el fuego sagrado ancestral y como sahumadora he aprendido la fuerza de este sagrado elemento que reúne a todos los demás. Este en particular es un aprendizaje de subidas y caídas, manejar el fuego interno es una de las tareas más difíciles que tenemos, sobre todo cuando se nos desborda con facilidad la emoción, la palabra y el pensamiento. El tarot me permitió iniciar un viaje muy profundo, una inmersión a mi inconsciente, el encuentro con mis oscuridades más insondables y me enseña cada día cómo debo abrazar mi sombra, escucharla, acariciarla, retomar su enseñanza y sentir que la vulnerabilidad es mi fortaleza también. Más recientemente he transitado por el estudio de los códigos andinos y el misterioso camino de perfección de la wiphala a partir de su perfecta cuarentena y la construcción de universo propio desde la cuántica andina. En este tiempo ya puedo decir que me reconcilié con mi Divina Feminidad, tanto tiempo negada por mí, por considerar que era débil ser mujer, que era una condición problemática y aburrida, siempre quise ser como mis hermanos hombres, pero llegó el día de conectar con mi matriz y mi sangre sagrada, ahora entiendo el poder que tienen y por ello las honro, las siembro y las endulzo y quiero compartir esta sabiduría con otras mujeres. Los rituales terapéuticos que brindo son fruto de todo este trasegar poético por las enseñanzas de poder de mi tierra ancestral americana y pretendo brindarles lo mejor de mí para acercarnos a entender cómo sanar nuestras heridas y superar la insensibilidad que tenemos hacia nosotros mismos. Te invito a conectar con esta sabiduría que se esconde en la dulzura de la Madre Tierra, que nos baña con el flujo cósmico de la Madre Divina y que se mueven en las aguas vivas de nuestra memoria ancestral y que se activa en la consciencia de nuestro corazón. Todas las sesiones son virtuales e individuales en íntima conexión con tu corazón para el despertar de tu medicina ancestral y para que te permitas crear tu universo propio.
¡Bienvenidos!
Sandra
Mujer Devota de la Madre Tierra

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